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5 Formas de Manejar el Estrés

5 formas de manejar el estrés - Psicología en Acción
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Es justo decir que probablemente la mayoría de las personas, en algún momento de nuestras vidas, hemos padecido de estrés.

Aunque muchas personas no suelen tomarlo en cuenta como factor generador de dolencias físicas y malestar emocional, nos afecta más de lo que pensamos. Por lo tanto, debemos conocer algunas formas de manejar el estrés.

Diferencia entre el estrés y la ansiedad

En un artículo anterior, hablamos sobre la ansiedad y cómo manejarla, y aunque a menudo suelen confundirse, no necesariamente son lo mismo. La ansiedad es una consecuencia del estrés. Es decir, es ese estado de angustia y malestar que persiste, aún y cuando el factor estresante se haya erradicado.

Cuando hablamos de estrés, hacemos referencia a la respuesta protectora o defensiva de nuestro organismo, ante situaciones que en apariencia, son amenazantes y que nos generan presión tanto física como emocional de forma significativa.

Combatiendo el estrés

Ahora bien, tener estrés no siempre es malo. En un grado menor, suele activarnos y darnos ese empuje o motivación que necesitamos para cumplir con determinada actividad. El problema se presenta cuando el estrés es crónico, y más que ayudarnos terminar generándonos malestar.

Aprender a manejar el estrés es algo que todos deberíamos hacer, ya que nadie está exento de sentirlo en algún momento.

5 formas para manejar el estrés:

1. En primer lugar, lo más importante para poder manejar el estrés, es identificar qué es lo que lo está causando. Los motivos más comunes suelen ser laborales o tienen que ver con la vida familiar y la relación de pareja.

Algunas veces los factores estresantes pueden provenir de amistades cercanas, de la situación económica no necesariamente personal sino del país como tal. Identificar la causa será primordial para poder manejar el estrés adecuadamente.

2. Una vez identificada la causa, puede comenzar como tal el trabajo del manejo del estrés. Lo importante es analizar la situación que nos está causando malestar, y a partir de allí pensar en posibles soluciones.

Muchas veces, ante factores que consideramos estresantes, tendemos a cegarnos y quedarnos únicamente en la preocupación. Esto hace que no podamos pensar en las soluciones.

Casi todas las situaciones pueden solucionarse si dedicamos tiempo y calma a pensar en ellas. Y las que no pueden solucionarse, no vale la pena preocuparse por ellas.

Haz una lista de las posibles soluciones o formas de manejar la situación, y los recursos que necesitas para solventarlas. De esta forma tendrás una visión más clara y podrás además identificar qué otras cosas puedan estar influyendo en tu malestar.

3. Organízate y delega responsabilidades. Muchas veces nos sentimos estresados porque queremos abarcar más cosas de las que podemos. Queriendo cumplir y ayudar a todo el mundo, no pensamos en el daño que nos hacemos a nosotros mismos. Hay que establecer prioridades.

Manejar el estrés se trata de entender que no podemos hacerlo todo; y que muchas veces necesitaremos de la ayuda de otros. Establece horarios de trabajo o listas de cosas por hacer, agenda los compromisos que tengas e identifica esas cosas con las que sí puedes cumplir.

Aquellas con las que no puedas cumplir, excúsate muy cordialmente, o busca a alguien que pueda asistirte. No debemos sentirnos avergonzados de pedir ayuda; todos, en algún momento, la necesitamos.

4. Suelta el control. Si sabes que vas a enfrentarte ante una situación que para ti es causante de estrés, prepárate para ello. Analiza todos los escenarios, lo que puede salir bien y lo que no y así tendrás una mayor perspectiva de ello.

Cuando identificas las cosas que pueden salir mal, te das la oportunidad de identificar también cuál sería tu reacción ante ello y prepararte.

Además, esto te ayudará a entender que hay cosas que escapan de tu control. N podemos controlarlo todo; a veces las cosas simplemente no se dan como esperamos.

5. Finalmente, diviértete. Muchas veces las principales causas del estrés son la falta de descanso y esparcimiento. Una vez que te hayas organizado, asegúrate de agendar en tu horario un tiempo que puedas dedicarte a ti.

Puede ser un tiempo a solas para relajarte, o un tiempo dedicado a estar con las personas que quieres. Lo importante es que sea un tiempo de desconexión de esas cosas que te generan angustia, en el que puedas relajarte. Datee la oportunidad de bajar las revoluciones y disfrutar.

Sal a dar un paseo, programa una cita romántica con tu pareja, toma pequeños descansos durante la jornada de trabajo, mira una película cómica, asiste a una obra de teatro. O simplemente acuéstate un rato a contemplar el silencio. Lo que sea que hagas debe brindarte tranquilidad y ayudarte a aliviar ese estrés.

Manejar el estrés parece sencillo, pero lo complicamos porque tendemos a enfocarnos en el estrés mismo, impidiéndonos a nosotros mismos el poder manejarlo. Sin embargo, una vez que has identificado que sin duda te genera un gran malestar, habrás recorrido la mitad del camino y de allí en adelante, solo necesitarás las ganas de sentirte mejor.

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