Para nadie es un secreto que tiempo atrás, las familias estaban constituidas para que fuera el padre quien cumpliera con el rol de proveedor, siendo él quien trabajara, y la madre con el de cuidadora y ama de casa a tiempo completo, permitiéndole así quedarse en casa con los niños.
Sin embargo en la actualidad ya no es así, en la mayoría de las familias tanto papá como mamá trabajan todo el día, bien sea por la necesidad de mantener el hogar, o por satisfacer metas personales y profesionales; viéndose muchas veces obligados a recurrir a la Escolarización temprana de los niños.
Cuando hablamos de Escolarización temprana se hace referencia a ese proceso en el que los niños comienzan a asistir a la “escuela”, que bien puede ser una guardería o centros de estimulación temprana, desde corta edad, algunos incluso desde antes de cumplir el año, por diferentes motivos, y que puede brindar tanto maravillosos beneficios, como ciertas desventajas.
En este tema, hay muchas opiniones encontradas, hay quienes lo defienden porque les parece que es una forma de estimular al niño desde pequeño y lograr que adquiera ciertas habilidades más rápido, otros quienes lo desacreditan puesto que piensan que se lo corta la posibilidad al niño de crear vínculos sanos con sus progenitores.
Si bien es cierto que suele ser un tema polémico y cualquiera de los dos escenarios puede presentarse, los beneficios y desventajas de la escolarización temprana van a depender de la visión que como padres se tenga al respecto, las razones por las cuales se hace, y el compromiso que se tenga con la educación de los niños fuera de la escuela.
La escolarización temprana puede ser muy beneficiosa, si entendemos realmente de qué se trata y nos avocamos a ella. Cuando un niño inicia desde tempranas edades a asistir a la escuela o guardería, le damos la oportunidad de estimular muchas áreas de aprendizaje, que quizás en casa no sabemos cómo hacerlo.
Sin mencionar, que el proceso de adaptación aunque igualmente difícil para algunos niños y familias, con el tiempo se va haciendo mucho más fácil puesto que desde pequeño el niño se ha habituado a asistir al colegio y para él o ella, ya será un hábito o parte de su rutina.
Los niños que asisten a guarderías o centros de estimulación temprana, contrario a lo que se cree, no sólo aprenden a socializar, sino que además, en la mayoría de los casos están en manos de profesionales que los guiarán y orientarán para el aprendizaje de nuevas habilidades.
Se preparan desde pequeños para lo que será el paso a un colegio regular cuando sea el tiempo correcto, haciendo de este proceso una transición mucho más tranquila. Aprenden habilidades de motricidad tanto gruesa como fina, coordinación óculo-manual, habilidades sociales, estrategias de solución de problemas, atención y concentración, y un sinfín de cosas más.
Y, no es que en casa no puedan aprenderlas, claro que lo harán, cada quien a su ritmo, simplemente se trata de que en estos centros regularmente se cuenta con personal preparado y calificado para ello, que además de enseñarles podrán identificar si hay alguna situación de la que debamos hacernos cargo, y nos orientarán para aplicar estrategias en casa.
Ahora bien, la escolarización temprana parece muy beneficiosa, y sí lo es, cuando lo hacemos por las razones correctas y nos preparamos para ello. Para los padres, y especialmente para las madres primerizas, suele ser un etapa muy difícil el dejar a sus hijos en algunos de estos centros por primera vez, pues sienten que los están abandonado a tan corta edad.
Y es allí donde entra la importancia de la visión y la actitud que tengamos al respecto. Respetando las decisiones de cada quien y su forma de pensar; muchas veces nos encontramos con casos en los que dejar al niño en la guardería no es una necesidad, y se hace bien sea por presión social, o por tener un poco más de tiempo para llevar a cabo diversas actividades.
Esto no quiere decir que estos motivos estén mal, simplemente, que pueden transmitirle al niño la sensación de que verdaderamente necesitamos “deshacernos” de él o ella por algunas horas, para poder ocuparnos de otras cosas. Es por ello que debemos estar sumamente claros en que es algo que queremos hacer y que será beneficioso, para que nuestros niños lo sientan de la misma forma.
Si nos sentimos muy ansiosos al respecto, quizás debamos reevaluar las opciones y tomar una mejor decisión, porque puede significar que aún como familia no se está listos para dar ese paso, y los niños lo perciben. Incluso, el proceso de adaptación se alarga y se hace mucho más difícil cuando papá y mamá están ansiosos, porque le transmiten la ansiedad a los niños.
Algunos padres se preocupan por el hecho de que cuando los niños entran a la guardería, tienden a enfermarse más seguido. Y, aunque en muchos casos puede ser cierto, muy pocas veces son enfermedades mayores, regularmente son cosas menores que con los cuidados necesarios ceden con facilidad, y poco a poco el cuerpo se acostumbra a los nuevos organismos a su alrededor.
Realmente, las desventajas de la escolarización temprana son pocas; más allá de que pueda coartarse el vínculo de apego con mamá y papá desde temprana edad, si nos encargamos de estar verdaderamente presentes en nuestros momentos con los niños, difícilmente sucederá.
Sin embargo, debe ser una decisión en la que nos tomemos el tiempo de pensar y analizar, considerando siempre todas las otras opciones que tenemos, y, si finalmente es algo que decidimos llevar a cabo, hagámoslo bajo la idea de que será en pro del desarrollo del niño o niña, y no sólo para buscar momentos de quietud.
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Un comentario
Como siempre excelente artículo de ud Dra Andrea.. lo comparto para mi pag y grupo.. no se olvide de responderme el Email.. feliz domingo..