Como padres, regularmente nos enfrentamos a los desafíos que la crianza de los niños puede suponer.
Aunque el ser madre o padre es de los trabajos más hermosos del mundo, y el que más satisfacciones trae, también suele ser de los más difíciles, porque cada niño y cada familia es diferente y difícilmente encontraremos un manual que nos explique a exactitud cómo desempeñar semejante tarea.
No importa la cantidad de libros que leamos antes y después de que los niños nazcan, ni a cantidad de especialistas a los que visitemos, no será sino el propio niño quién te dará las señales e indicaciones sobre cómo tratarlo correctamente.
Podemos decir entonces, que los niños no vienen con un manual, porque ellos, sus actitudes y su personalidad SON el manual.
Sin embargo, aunque cada niño es diferente, la mayoría pasa por las mismas etapas evolutivas, y manifiesta los mismos comportamientos propios de cada edad a su manera, por lo que sí existen ciertas directrices o consejos que podemos seguir, a la hora de educar a nuestros hijos.
De las conductas más comunes y las que suelen representar el mayor problema, sobre todo a edades tempranas entre los 2 y los 6 años, son los llamados y tan temidos berrinches y pataletas.
Vas a hacer el mercado y llevas a tu niño contigo, llegas al súper y te das cuenta que llevas el dinero justo para comprar lo que necesitas, pasan por el pasillo de los dulces y tu niño se antoja de un paquete de galletas, como llevas el dinero justo le dices que no puedes comprarlo, y él o ella en su afán por obtener lo que desea, llora, grita, se tira al piso y patalea.
Intentas calmarlo pero no lo logras, le explicas una y otra vez, las personas que pasan por allí se te quedan mirando con ojos juiciosos, y tú sin saber qué hacer y ante la presión de las miradas de los demás, explotas recurriendo a los gritos, el castigo y en ocasiones a la famosa “nalgada a tiempo”.
No te sientas mal, no eres la única mamá o el único papá que ha pasado por esta situación, muy probablemente todas esas personas que se quedaron mirándote, si tienen hijos, también han pasado por eso, y si no los tienen seguramente pasarán por eso cuando los tengan.
Este es uno de los casos es los que más que preocuparnos, debemos enfocarnos en actuar correctamente para solventar la situación.
En primer lugar, debemos de saber y reconocer que es NORMAL que los niños pequeños hagan pataletas (incluso hasta después de los 6 años siempre y cuando sean acordes a la edad y la situación), porque aún no saben reconocer sus emociones y mucho menos expresarlas adecuadamente, por ende, ante momentos de rabia, cansancio, tristeza o frustración es común que recurran al berrinche como forma de expresión emocional. Así que no, tu niño no necesariamente tiene un trastorno de conducta por el hecho de hacer berrinches, solo debemos estar atentos y trabajar para ayudarle a encontrar formas más positivas de expresión.
Todo esto suena muy lindo, pero te preguntarás: ¿Entonces qué debo hacer? ¿Cómo lo manejo? Aquí algunos consejos:
• Está atenta/o a los momentos específicos en los que tu hijo o hija hace el berrinche. Esto te ayudará a identificar con mayor facilidad qué cosas o situaciones lo detonan, y podrás en lo posible, evitarlas o anticiparlas y evitarte malos ratos. Por ejemplo, si debes llevarlo al supermercado y sabes que no tienes suficiente dinero, explícaselo con anticipación, usa palabras gentiles adaptadas a su edad y nivel de entendimiento, quizás no logres que no se sienta triste o molesto porque no puedes comprarle nada, pero entenderá que en ese momento no se puede y probablemente no hará un berrinche por ello.
• Detrás de todo berrinche o conducta difícil hay una causa, que muchas veces es desatendida. Los niños no hacen pataletas porque quieren, las hacen porque cuando están pequeños es el único medio que conocen para expresar lo que sienten. Comúnmente la gente tiende a decir “déjalo que lo hace para llamar la atención”. Ciertamente un berrinche o pataleta es una conducta que busca llamar la atención del adulto, siento esto así, ¿es realmente recomendable ignorarlo? Si el niño o niña está buscando llamar tu atención, es porque tiene motivos para hacerlo, quizás detrás de ese berrinche hay una necesidad que en su momento no fue atendida. Es por ello que lo más recomendable en estos casos, es buscar lo que hay detrás de ese comportamiento y atenderlo, a veces un berrinche puede ser originado por mero cansancio o sueño, como también puede ser por hambre, fastidio, necesidad de jugar más, o porque realmente no les estamos prestando la atención necesaria a nuestros niños y esa es su forma de hacérnoslo saber. Pensemos en esto, si únicamente le prestamos atención cuando se porta mal, aprenderá que para obtener atención de sus padres deberá portarse mal.
• Refuerza las conductas positivas, prestando atención y reforzando los momentos en los que sí se porta bien, lo hará entender que es de ésta forma que obtiene atención de sus padres.
• Ponte a su nivel. En el momento en el que esté haciendo el berrinche, si hablamos desde la posición del adulto y recurrimos a los gritos y regaños, únicamente lograremos que la rabia y la frustración se eleven aún más. Bájate a su nivel y conversa con él o ella con un tono de voz firme pero sin gritar, explícale las razones por las cuales no puedes ceder a su petición, si se deja, intenta abrazarlo/o, esto lo hará calmarse porque sentirá la seguridad de tus brazos, si no se deja abrazar, mantente cerca pero deja que manifieste lo que siente.
• Por último NO grites ni golpees. Recuerda que los niños aprenden con el ejemplo, si les gritas ellos aprenderán que también pueden gritarte, si los golpeas, aprenderán que también pueden golpear cuando algo los moleste. Si sientes que el momento la situación te sobrepasa, es mejor que te retires y pidas a otra persona (papá, abuelos) que maneje la situación, una vez que te hayas calmado puedes volver y conversar con el niño.
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