A menudo, es común que en las relaciones de cualquier tipo, existan conflictos. El conflicto es parte de nuestras vidas tanto a nivel de pareja, como a nivel familiar y laboral, porque como seres humanos con personalidades y formas de pensar diferentes, no podemos escapar a los desacuerdos.
En el contexto laboral, también es normal que se presenten ciertos conflictos o situaciones difíciles en el grupo de trabajo; el problema aparece cuando estas situaciones son constantes y repetitivas, y especialmente cuando se originan por los actos de una sola persona. Es en esas ocasiones cuando hablamos de un “colaborador difícil”.
Los colaboradores difíciles son aquellos cuya personalidad, conducta o formas de actuar generan problemas con el resto de los trabajadores, o en la ejecución de sus funciones o las funciones del equipo de trabajo. Identificar que hay un problema o un empleado difícil es el primer paso, ahora bien, después de identificarlo, ¿Cómo lidiar con ello? Acá unos consejos prácticos para hacerlo.
Una vez identificada la situación con el empleado, lo primero que se debe hacer es tratar de investigar las causas de su comportamiento.
Muchas veces los colaboradores toman este tipo de actitudes porque algo a nivel personal los está afectando, y no saben cómo manejarlo o han agotado sus recursos para hacerlo.
Es por ello que antes de confrontar la situación activamente, es mejor estar seguros de qué puede estar sucediendo. Para ello, puede llamársele al empleado a una reunión en la oficina y conversar con él calmadamente, mostrando el interés que como jefe o compañero de trabajo, tienes para ayudarle.
Ayuda también identificar si el empleado está contento con su puesto de trabajo y el cargo que desempeña.
Muchas veces los conflictos o las conductas difíciles provienen de empleados que no se sienten a gusto en sus puestos de trabajo, pero tienen mucho miedo como para decir algo al respecto.
A menudo creemos que rotar o cambiar a los empleados de posición suele ser lo mejor tanto para la empresa como para el trabajador mismo, pero si la persona no se siente a gusto con sus funciones, difícilmente la empresa avanzará.
En ocasiones la persona difícil no se ha dado cuenta de que sus actitudes o acciones están generando un conflicto, y es en éste momento en que logran hacerlo.
Por ello, también es de suma importancia llevar al empleado a reflexionar acerca de lo que pueda estar sucediendo, para asegurarnos de que está consciente del conflicto creado. Una vez que han identificado que sus conductas están afectando el desempeño de otro, encontrar una solución suele ser mucho más fácil.
Intenta no darle órdenes y decirle específicamente lo que debe hacer para solucionar la situación.
Conversa con tu trabajador calmadamente e invítalo a ofrecer soluciones a la problemática presente. Si por el contrario se ha quedado sin soluciones que ofrecer, apóyalo y bríndale ciertas estrategias, acompáñalo en el proceso y asegúrate de que está intentando cambiar.
Haz uso de tu inteligencia emocional. Enfrentar la situación desde la posición de un jefe intimidante sólo logrará que el empleado se sienta aún más en descontento, y sus actitudes empeoren.
Es mejor enfrentar la situación calmadamente y ofrecer soluciones en lugar de agobiarlos con órdenes y reclamos.
Dale la oportunidad de cambiar. Una vez identificado el conflicto y planteadas las soluciones, bríndale un tiempo prudencial para ejecutarlas y mantente cerca y dispuesto a ayudar si así lo necesita.
Para el trabajador, sentir que cuenta con el apoyo de su jefe o compañeros es sumamente importante porque le crea mayor sentido de pertenencia.
Por último valora sus esfuerzos y refuerza sus avances de manera que sienta que su trabajo es apreciado. Si luego de hacer todo esto el empleado sigue siendo una persona difícil con la que lidiar y sigue generando problemas a la organización, es hora de tomar un decisión y pensar si se debe terminar con la relación laboral.
Aunque como líder de una organización o empresa una de las prioridades debe ser el bienestar de su personal, el correcto funcionamiento de la empresa también lo es, por lo que será hora de colocar las cosas en una balanza y tomar la mejor decisión para ambos.
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