¿Entiendes que es el miedo y como afecta tu vida?

el miedo y como afecta nuestras vidas

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Si buscamos una definición en Internet o en cualquier diccionario, el miedo es una respuesta emocional inducida por una amenaza percibida, la cual causa un cambio en las funciones de nuestro cerebro y organismo, al igual que en nuestro comportamiento.

El miedo puede llevarnos a ocultarnos, a escapar o a «congelarnos» totalmente. El miedo puede originarse de una confrontación o evitando una amenaza o puede aparecer como un descubrimiento.

En la etapa de la niñez, los miedos provienen de alguna película o corto animado de terror con un monstruo, un fantasma, una bruja, el hombre del espejo, etc.

A medida que uno crece, los miedos provienen de otras situaciones, como por ejemplo, alguna actividad escolar donde nos tocaba participar y aunque uno no quisiera asistía o acercarse a una chica o chico en el colegio para la fiesta de baile de graduación, o para acercarse a una persona que le atrae y pedir una cita.

Posteriormente, los miedos se transforman en otras situaciones como por ejemplo, encontrar un trabajo después de la graduación universitaria, y después de conseguirlo, las situaciones que se presentan en el trabajo y la forma de mantener el mismo permanentemente.

Comparto brevemente una historia de una persona cercana, para que entiendas un poco mejor que es el miedo y como afecta nuestras vidas.

Un amigo, a sus 30 años de edad fue diagnosticado de cáncer en una etapa avanzada. Me comentó en ese entonces, que cuando se enteró de lo que tenía, sintió como si su vida hubiese sido destruída por un tsunami, lleno de destrucción y estragos, llenando su mente con dudas, ansiedad y su preocupación por lo desconocido. Tenía miedo de perder su vida en cualquier instante.

Su primera reacción fue entrar en un estado de «shock» increíble. El no sabía lo que venía, pero con solo escuchar la palabra cáncer, o similares, decía que sentía como si se quedara sin poder respirar, o como si hubiese recibido un golpe muy fuerte en su estómago que le sacaba el aire. El miedo que el sentía era totalmente racional y ciertamente modulado por el proceso cognitivo y de aprendizaje. Todas las connotaciones negativas aparecieron con tal enfermedad, y la etapa donde se encontraba. Me comentaba que el miedo se sentía natural y real. Irónicamente, en un punto decía que el miedo lo hacía sentirse vivo.

Claramente el miedo tiene un espacio en nuestras vidas, mi recomendación inmediatamente fue la de no permitir que el miedo lo controlara, que no permitiera que el miedo le indicara como tenía que vivir.

Con el pasar de unos días, él entendió que en vez de permitir que sus emociones y el miedo lo dominaran, debía enfrentar la situación y encontrar una salida para la misma. Así fue, mi amigo decidió salir de la situación de negación en la que se encontraba.

Al pasar los días desde que le diagnosticaron su condición, comenzó a llevar un diario para controlar el miedo que sentía, y donde marcó que los primeros días todos fueron concedidos totalmente a una sensación total de pánico, pero que, con el tiempo lentamente evolucionó a una sensación de encontrar una forma en la que él podía conquistar la situación y erradicar el miedo.

Después que aceptó y admitió su miedo, recordó mi consejo de evitar cualquier pensamiento negativo que tuviera en su mente y de visualizar como ganaría esa batalla contra el cáncer, y viendose con una gran sonrisa en ese futuro.

Estableció esto como su gran meta, pero también en pequeñas metas concretas que lo ayudaría a llegar allí.

Realizó muchísimos cambios para acercarse a su gran cometido, incluyendo realizar meditación diariamente al momento en el que se despertaba, pensar en lugares de paz y naturaleza, montañas extraordinarias, hojas de los árboles, brisa, las olas del mar.

En sus meditaciones incluía visualizarse disfrutando feliz en un campamento en un bosque, respirando aire puro y estando totalmente curado. (Te recomendamos 7 Beneficios increíbles que te brinda la meditación, si no lo has leído).

A pesar de que era de suma importancia concentrarse en el resultado de lo que buscaba, encontró que vencer al miedo que se le presentaba con frecuencia, era necesario para poder llegar a su objetivo.

Posterior a esto intentó incansablemente a pesar de que los médicos le habían dado unos 6 meses de vida, sin embargo, encontró una terapia que brindan en un país asiático, la cual realizó por un mes y cuando regresó estaba casi totalmente curado y fue cuestión de días donde terminó de vencer la enfermedad que tenía.

En algunas ocasiones, en los cielos más oscuros, las estrellas más brillantes se revelan e iluminan. A pesar de que mi amigo nunca pidió estar en esa situación, verse en frente de sus peores miedos, aceptando y superando a los mismos, le ayudó a aprender, crecer y a sentirse más vivo.

Sentir miedo es totalmente humano, pero te aseguramos que si aprendes como conquistarlo y dominarlo, te hará sentir más fuerte, con más coraje y orgullo.

Como seres humanos además de ser racionales, también somos emocionales, lo que quiere decir que tenemos la capacidad de sentir emociones.

Dentro lo que son las emociones y el sentir, hablamos de 4 emociones básicas que todo ser humano siente en determinados momentos de su vida, y que pueden clasificarse en positivas, negativas y neutras dependiendo de su manifestación.

Éstas son la alegría, tristeza, ira y el miedo. El miedo vendría a ser una emoción neutra, no es positiva ni negativa, y no es más que un estado de alarma ante una situación que percibimos como peligrosa.

Por ende, como la mayoría de las emociones, es bastante subjetiva, porque dependerá de cómo cada quien percibe determinada situación y de la connotación que se le dé.

Por mucho que algunos intenten negarlo, como personas, TODOS sentimos miedo alguna vez, o le tememos a algo, en mayor o menos medida dependiendo del caso.

Sentir miedo (racionalmente) no es malo ni bueno, ya que en ocasiones puede limitarnos ante una determinada situación como en otras puede ayudarnos a activar nuestras defensas y evitar accidentes o pesares, así que dependiendo de cómo lo veamos puede llegar a ayudarnos.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando esos miedos que normalmente sentimos dejan de ser racionales? ¿Qué pasa cuando la intensidad del miedo es mucho mayor o no está acorde a las circunstancias? Es justamente allí cuando debemos preguntarnos si estamos dejando que nuestros miedos afecten demasiado nuestras vidas.

Muchas personas tienen miedo a las alturas, a montarse en un avión, a determinados animales, a espacios cerrados entre otras cosas, sin embargo muchas de estas personas también han encontrado o desarrollado mecanismos de defensa y autocontrol que los han ayudado a sobrellevar estos miedos, por lo que pueden desarrollar su vida con normalidad.

Todos estos son miedos comunes, y que dependiendo de las respuestas de estas personas, tendemos a verlos con normalidad porque conocemos a más de uno que también padece estos miedos, o en algún momento de nuestras vidas nosotros mismos nos hemos sentido así. Pero hay otros miedos que pasan desapercibidos, que quizás no los tomemos tanto en cuenta y que terminan afectando nuestra vida más de lo que creemos.

Más seguido de lo que parece, nos encontramos ante situaciones en las que dejamos que nuestros miedos nos ganen, y cada vez que esto pasa, es como si pequeñas partes de nuestra esencia se desprendieran para no volver.

Por ejemplo, ¿Cuántas veces hemos aceptado que nuestros jefes o superiores nos griten o nos hablen mal por temor a decir algo y sufrir consecuencias?, ¿Cuántas veces hemos dejado que alguna pareja nos trate mal por temor a estar solos? ¿Cuántas veces has dejado que personas se aprovechen de ti y tus buenas intenciones por temor a no agradarles?

Si nos detenemos un momento a realizarnos estas preguntas y analizar sus repuestas, nos daremos cuenta que son más las veces es las que hemos dejado que nuestros miedos nos paralicen, de las que creíamos. Y es allí, donde poco a poco vamos perdiendo un poco de nuestra libertad, y nos hacemos prisioneros de esos miedos, dejando que afecten y condicionen nuestra vida significativamente.

Es por ello que tan seguidamente vemos parejas infelices que aún sin amarse siguen juntas, personas que viven sumamente estresadas y cansadas porque están atiborradas de trabajo y compromisos por no saber decir NO, mujeres y hombres sumisos cuyos deseos y anhelos propios han pasado a segundo y hasta último plano, en fin, seres humanos cuyas vidas están controladas por sus miedos.

En este sentido, la tarea más difícil es darse cuenta, porque vivimos tan sumidos en nuestro día a día, en el trabajo, en el complacer a otros, que no prestamos atención a eso que nos está controlando. Por ende, el simple hecho de darse cuenta causa un efecto liberador que sabiéndolo aprovechar, te dará la fuerza necesaria para poder afrontar la situación. Como señalé anteriormente, sentir miedo no es malo ni bueno, todo va a depender de cómo decidas tú responder ante ese miedo, ¿Dejarás que te limite? O por el contrario, ¿Lo verás como una oportunidad de crecimiento? Recordemos que no es valiente quien no siente miedo, valiente es quien aún sintiéndolo tiene la fuerza y la determinación de afrontarlo.

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