La música, sea cual sea, tiene la capacidad de hacernos conectar con nuestras emociones. Todos alguna vez hemos escuchado alguna canción, mientras vamos en el carro o estamos en casa haciendo algún quehacer, que genera en nosotros emociones como alegría, tristeza, rabia o desagrado dependiendo del mensaje y cómo lo procesamos.
Es por ello, que la música no queda exenta de ser utilizada como pieza clave en diversos tratamientos y formas de terapia, de allí que la Musicoterapia tenga suficientes beneficios. La Musicoterapia se trata principalmente de un tipo de terapia en el que se utiliza la música para mejorar el estado de ánimo, salud y/o bienestar del paciente.
Se entiende que la música, por ser una experiencia sensorial, al escucharla estimula y puede activar diversas áreas del cerebro al mismo tiempo, además, éstas partes del cerebro que se activan, logran que las glándulas segreguen serotonina, que es conocida como la hormona de la felicidad. De allí que la musicoterapia sea tan usada para mejorar el estado de ánimo.
Sin embargo, la musicoterapia no sólo se utiliza para trabajar las emociones y los estados de ánimo, diversas investigaciones han comprobado que tiene múltiples efectos positivos cuando se utiliza en los procesos educativos, y/o cuando se trabaja con pacientes en diversos tipos de rehabilitación, porque mejora el funcionamiento físico, cognitivo y emocional.
En este sentido, el terapeuta se vale de la música y la experiencia sensorial que ésta provoca, para generar respuestas en sus pacientes que contribuyan con su bienestar. Se trabaja con ella de dos formas, de forma activa cuando el paciente toca algún instrumento o canta; y de forma receptiva, cuando se utiliza la música como una forma de propiciar el estado de relajación.
Y es que si lo analizamos con detenimiento, la música es algo que se ha venido usando desde hace algún tiempo en diversos procesos de forma positiva. Por ejemplo, es común en las escuelas, especialmente con niños pequeños, que se enseñen ciertos contenidos como el abecedario o los números a través de canciones, porque activa directamente las áreas del cerebro relacionadas con la memoria, facilitando su recuerdo.
Los beneficios de la musicoterapia pueden observarse, de acuerdo al área de funcionamiento con la que se plantea trabajar, y la musicoterapia trabaja en 4 áreas o niveles.
En el área sensorial, trabaja con la respuesta hacia los estímulos sensoriales que recibimos del entorno, por lo que suele ser muy beneficiosa en niños pequeños, e incluso, niños con autismo o algún otro trastorno del neurodesarrollo.
En el área motora, a través del baile y los movimientos propios que se realizan al escuchar música, busca trabajar la coordinación motriz, el equilibrio, y en general la movilidad del paciente. En el área emocional, ayuda a trabajar con el control de las emociones, puesto que la música se pueden evocar esas emociones, conectar con ellas y aprender a regularlas.
Finalmente en el aspecto cognitivo, interviene en los procesos de atención puesto que las rimas y los ritmos musicales ayudan a mantener la atención en determinado estímulo, la memoria, el aprendizaje y la creatividad.
La música no sólo nos entretiene, sino que nos ayuda a conectar con nuestras propias emociones, y sacar a flote aquellos sentimientos o situaciones que quizás en su momento no trabajamos, nos activa cuando nuestro cuerpo no parece reaccionar o está cansado, y nos brinda calma cuando estamos muy acelerados brindándonos relajación.
Es por ello, que adecuándola a cada caso y utilizándola acompañada de otras estrategias, puede resultar sumamente beneficiosa para el tratamiento de distintas afecciones, o simplemente para mejorar nuestro estado de ánimo.
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